BESAR TIENE SUS RIESGOS!

BESAR TIENE SUS RIESGOS!

Este líquido transparente, fluido y ligeramente ácido, está compuesto por agua, sales minerales y enzimas que facilitan la digestión. También posee sustancias antisépticas que impiden la invasión de gérmenes que se encuentran en el ambiente y en la comida. Lo que sucede es que muchas veces esas partículas limpiadoras no son suficientes para aislar todos los microorganismos y, como tiene un ph neutro, se convierte en un medio bien nutritivo para el crecimiento de diversos virus y bacterias, explica el médico infectólogo Carlos Torres. Además, hay gérmenes que son resistentes a todo tipo de barreras fisiológicas.

17 de septiembre 1999 , 12:00 a. m.

Al momento de dar un beso hay que tener en cuenta que la otra persona puede tener pequeñas heridas en el interior de la boca o en los labios, lo que permite un contacto directo con la sangre de esa persona. De ahí que muchas de las enfermedades que únicamente se transmiten por contacto con sangre contaminada puedan pasar de un individuo a otro, al momento de besarlo.

Entre ósculos y riesgos Las infecciones por medio de los besos pueden ser causadas por la invasión de virus, bacterias, hongos y parásitos. A continuación el médico infectólogo Carlos Torres explica cuáles son las enfermedades que se transmiten con mayor facilidad al besar.

1. Infecciones virales.

* La gripe. Es la enfermedad infecciosa más contagiosa de las vías respiratorias. Es causada por un virus mutante (adenovirus, rinovirus, myxovirus, influenza, entre otros). Se transmite por la saliva o por las secreciones respiratorias. Después de entrar en contacto la persona con el microorganismo (cualquier virus) se produce fiebre alta, malestar general, dolores difusos, aumento de las secreciones nasales y pulmonares. Aunque la gripe común se resuelve fácilmente en el transcurso de una semana, también puede complicarse y generar una insuficiencia respiratoria. Como se trata de un virus, no requiere de tratamiento con antibióticos, excepto cuando el cuadro clínico se complica y da lugar a infecciones secundarias. Desde hace algunos años está disponible la vacuna contra la influenza que ofrece inmunidad por un año.

* Mononucleosis infecciosa. Es conocida como la enfermedad del beso debido a que se transmite por medio de la saliva. Este virus provoca fiebre alta, inflamación de los ganglios, fatiga y brote en todo el cuerpo. Habitualmente la enfermedad se cura en cuatro semanas, pero la convalecencia es prolongada y molesta. Se trata con antibiótico y, aunque no es grave, en ocasiones pueden aparecer complicaciones a nivel del hígado, los pulmones o alteraciones neurológicas.

* Enfermedades eruptivas infantiles. Las más importantes son la rubéola, el sarampión y las paperas. Se transmiten por la saliva y por las secreciones respiratorias. La primera tarda en encubarse 10 a 14 días y se caracteriza por brote en todo el cuerpo, temperatura elevada, aumento en el tamaño de los ganglios y malestar general. Su gravedad reside únicamente cuando ataca a mujeres embarazadas, sobre todo en los tres primeros meses de embarazo, por las malformaciones que causa en el feto.

El virus del sarampión tiene una incubación de siete a 10 días, durante los cuales la persona presenta los síntomas típicos de un resfriado con fiebre alta. Después aparece el brote en todo el cuerpo, pero desaparece en un par de semanas.

El virus de las paperas ataca las ganglios salivales y tiene un período de incubación de 18 a 21 días. Empieza con fiebre, después dolor y tumefacción de la región parótida. En dos semanas el organismo se recupera. Sin embargo, el virus puede localizarse en algunas glándulas como los testículos (puede generar atrofia testicular y generar esterilidad), el páncreas o las glándulas mamarias.

El manejo de estas enfermedades se hace con medicamentos para aliviar los síntomas, pero hay que esperar a que el virus cumpla su ciclo para que el organismo se recupere. Ya que existen las vacunas contra estos tipos de virus, es importante que toda mujer en edad reproductiva se haga vacunar y que los niños cumplan con el esquema de vacunación recomendado por los médicos.

* Herpes simple. Se caracteriza por la formación de pequeñas vesículas y enrojecimiento de la piel afectada. Se puede localizar en los labios (fuegos), al interior de la boca o en los genitales, donde las vesículas resultan extremadamente dolorosas. En ocasiones se convierte en un mal crónico y recurrente. Se trata de una infección benigna, pero requiere tratamiento médico para controlar el virus de manera adecuada.

2. Infecciones por hongos.

* Cándida. Produce lesiones blancas (como motas de algodón) en la boca, la lengua y las encías. Aparte del contagio directo con la saliva, el hongo también puede aparecer cuando el individuo toma antibióticos por mucho tiempo. Lo que ocurre es que los antibióticos acaban con todas las bacterias, entre ellas algunas que evitan la proliferación de los hongos que habitan en la piel, lo que propicia el crecimiento de este hongo en las zonas más húmedas del cuerpo. Los síntomas son ardor y dolor en la cavidad bucal. El problema es que a veces el hongo se puede desplazar hacia el resto del aparato digestivo y generar muchas molestias. Esta afección se trata con medicamentos especiales, que pueden ser ingeridos por vía oral o aplicados sobre el área lesionada.

3. Infecciones bacterianas.

* Amigdalitis. La bacteria responsable de este mal es muy contagiosa. Cuando invade el tracto respiratorio produce fiebre elevada con inflamación y dolor en la garganta y la faringe. Se transmite por vía oral y por algunas las gotas de saliva que quedan en las manos. Aunque no es un mal grave, cuando la infección se repite con frecuencia resulta intolerable. En ocasiones, mejora esporádicamente, pero lo más indicado es someterse a tratamiento con antibióticos.

* Escarlatina. Origina un brote color escarlata en todo el cuerpo. Lo curioso es que la piel alrededor de la boca se vuelve pálida. El contagio se da a través de las secreciones corporales, como la saliva. Si no se trata oportunamente, puede afectar el corazón, la piel y, en casos extremos, provocar la muerte. Para evitar complicaciones, es necesario suministrar antibióticos tan pronto aparezca el brote.

* Infecciones de la encías. La gingivitis se puede transmitir oralmente y propiciar el mismo cuadro clínico (inflamación, dolor y sangrado de las encías) en la otra persona. Es aconsejable acudir al odontólogo para una profilaxis profesional y formular antibiótico.

* Hepatitis A y B. Aunque la hepatitis A se adquiere por el contacto con las heces contaminadas con el virus, es posible que las manos del paciente contengan residuos de excrementos que faciliten la propagación del virus. Una vez que este se deposita en las manos puede localizarse a donde se lleve las manos en cualquier otra parte del cuerpo, incluyendo la boca. De ahí que siempre se recomiende aislar todos los utensilios de aseo y la loza del paciente para evitar la infección.

De otra parte, se sabe que la hepatitis B es una enfermedad de transmisión sexual, que se contagia por medio del semen y la sangre. No obstante, por medio de un beso o de un mordisco puede existir contacto directo con sangre de la otra persona. Asimismo, por un mordisco puede penetrar una cantidad suficiente de saliva con una carga importante de virus como para infectar a la pareja. Lo grave es que esta enfermedad puede pasar desapercibida muchos años y manifestarse en estados avanzados con una falla hepática, una cirrosis o un cáncer hepático. Afortunadamente, para estos tipos de hapatitis ya existe la vacuna que proporciona inmunidad de por vida.

* Amibiasis. En principio las amebas no se pasan a través de un beso. Sin embargo, cuando se practica el sexo oral pueden albergarse amebas en la boca y reproducirse en el tracto digestivo. El cuadro clínico se caracteriza por úlceras en la cavidad oral, dolor de estómago, mal aliento (halitosis) y deposición con moco. Las amebas también pueden invadir otros órganos, como el cerebro, el hígado o perforar el intestino. En estos casos se deben suministrar fármacos a base de metronidazol para matarlas.

Por último, vale aclarar que, aunque en un beso exista contacto directo con muchos gérmenes, las defensas que cada persona tenga en el organismo son claves para evitar este tipo de infecciones. Y como en este caso lo importante es la prevención, lo mejor es mantener una pareja sexual estable y cuidar al máximo las medidas de higiene.

Cuidado con el sexo oral! Así como existen infecciones que se transmiten boca a boca, hay otras que pueden pasar de la boca a los genitales o viceversa. Estas son algunas de las más comunes cuando se practica el sexo oral: * Herpes simple. Es intercambiable. Es decir que puede pasar de la boca a los genitales de la pareja o al contrario. En los genitales resulta muy doloroso y puede llegar a producir úlceras en la piel. Lo peor es que no hay tratamiento para controlar el virus y, que una vez éste infecta las zonas íntimas del cuerpo, se queda para toda la vida.

* Infecciones por el virus del papiloma. Este virus fue comprometido recientemente como responsable o coadyuvante en el cáncer uterino. Se caracteriza porque forma verrugas, similares a los mezquinos, en toda el área e incluso puede afectar el ano. La única forma de erradicarlo es con una cirugía que remueva las lesiones y continuar el tratamiento con medicamentos.

* Cándida. En los genitales femeninose produce un flujo amarillento, inflamación y prurito (rasquiña). En el hombre también causa prurito y enrojecimiento del miembro. Se maneja con medicamentos y, por lo general, no tiene complicaciones ni deja secuelas.

* Clamidia. Es la bacteria responsable de la mayoría de los flujos vaginales. En los hombres causa gran ardor al orinar y molestias. La mayor complicación radica en que puede alterar la fertilidad y, en consecuencia, dejar a la persona estéril. Se cura con antibióticos y medicamentos especiales.

* Gonorrea. Cuando la bacteria que causa esta enfermedad (gonococo) penetra en la cavidad oral da lugar a amigdalitis repetidas que no mejoran con ningún tratamiento médico para curar una simple amigdalitis, lo que obliga a recurrir a fármacos más fuertes y a un manejo especial de la infección.

* Sífilis. Usualmente se adquiere por contacto sexual, pero la práctica del sexo oral puede hacer que aparezca un chancro sifilítico en la boca debido al contacto con lesiones causadas por la bacteria. Lo primordial es hacer un diagnóstico preciso y suministrar penicilina para evitar complicaciones.

* Otras Infecciones bacterianas. Algunas veces las bacterias que se encuentran en la boca pueden migrar hacia la vagina y desencadenar flujos vaginales que requieren tratamiento con antibióticos. De igual forma, durante el sexo oral puede haber contacto con restos de materia fecal, especialmente en las relaciones oro-anales, y producirse una infección bacteriana a nivel del tracto digestivo. El tratamiento depende del tipo de bacteria.

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