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El increíble efecto de los besos de lengua en el cerebro
Salud Sexual

El increíble efecto de los besos de lengua en el cerebro

Los besos de lengua despiertan una gran cantidad de efectos en el cerebro y en todo nuestro cuerpo de forma inconsciente

  • SUSANA CARRASCO
  • 31/01/2020
  • 12:09 hrs.

Los besos de lengua o beso francés, son uno de los favoritos, pues es un acto íntimo que despierta la pasión en cuestión de segundos pero, ¿sabes cuál es el efecto que despierta en tu cerebro? Estudios demuestran que hay una cascada de reacciones maravillosas para el cuerpo y la salud.

Así que si ya dejaste de besar apasionadamente a tu pareja, te damos razones para no dejar de lado esta sensual práctica.

Efecto de los besos de lengua  

Detrás de los apasionados besos de lengua se esconde un complejo mecanismo cerebral que hace que sintamos escalofríos, calor y latidos del corazón acelerados cuando los disfrutamos.

Todo comienza en los labios, una parte del cuerpo que aunque se ve pequeña, tiene una gran cantidad de terminaciones nerviosas, casi igual que las que tenemos en las yemas de los dedos, lo que significa que con los labios podemos percibir y transmitir mucha información al cerebro.

Al respecto, David Bueno i Torrens, biólogo e investigador de genética en la Universidad de Barcelona, señala que en los labios podemos observar con mucha precisión la temperatura corporal una persona, el tono muscular y hasta el estado de su sistema inmune.

Cuando besamos a alguien que físicamente nos gusta, especialmente con besos de lengua, hay un importante intercambio de saliva que inconscientemente permite saber si esa persona es compatible con nosotros.

Esto se debe a que el hombre le pasa testosterona a la mujer a través de su saliva y esta hormona actúa como un afrodisíaco, activando la receptividad sexual de la mujer y enviando información a su cerebro, para valorar si realmente le gusta o no.

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Digamos que el beso sirve como un primer examen para evaluar a la posible pareja y elegir a la que es más compatible con nosotros.

Pero eso no es todo, el aroma del otro también juega un papel determinante, pues la científica Sheril Kirshenbaum, de la Universidad de Texas y autora del libro La ciencia del besar, señala que las mujeres se sienten más atraídas por el olor de hombres que portar un mejor código genético, es decir, que aseguran una mejor descendencia.

Posteriormente, cuando el cerebro analiza toda la información recibida mediante los besos de lengua, en décimas de segundo empieza a segregar neurotransmisores o sustancias químicas que se comunican con las neuronas y empiezan a crear efectos físicos.

Hay cuatro neurotransmisores básicos que se despiertan con los besos apasionados: la dopamina, que nos hace sentir placer y bienestar; la serotonina, que nos hace sentir excitación y optimismo, aunque también ira y agresión; la epinefrina, que aumenta la frecuencia cardiaca y la sudoración; y la oxitocina, que genera apego y confianza.  

Los besos también favorecen la segregación de sustancias como el óxido nítrico, que relaja los vasos sanguíneos y provoca un incremento en el flujo sanguíneo del pene, dando lugar a la erección.

Entre más beses a tu pareja, es posible que con el tiempo los efectos vayan cambiando y ya no se sienta la pasión del principio, aunque eso no es necesariamente malo.

De acuerdo al biólogo David Bueno, con el tiempo los receptores del cerebro se saturan y se pasa a otra etapa en la que no sentimos pasión, pero nos sentimos a gusto.

Incluso hay un cambio en la química cerebral, pues al principio de la relación hay mucha estimulación hormonal, pero después hay menos intensidad, aunque mayor cariño y estabilidad debido a la hormona del apego, la oxitocina.

“Besarse es bueno, hay estudios que han demostrado que las personas que besan más viven más, porque todo lo que hay a su alrededor es positivo. No hacerlo significa que no se tiene buena relación con seres humanos”, concluye el psiquiatra Jesús de la Gándara.

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(Con información de Buenavida)


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