El acusado de matar al cura de San Isidoro compró dos cuchillos antes del crimen La mañana del día del crimen, el imputado abandonó el hospital donde se encontraba ingresado después de que, incluso, hubiera protagonizado un intento de suicidio José Eugenio A.F., el hombre de 52 años de edad que fue detenido el día 16 de julio en Sevilla como presunto autor de la muerte a cuchilladas del vicario parroquial de San Isidoro, Carlos Martínez Pérez, compró dos cuchillos horas antes de cometer el crimen, según han informado a Europa Press fuentes del caso. En este sentido, las mismas fuentes han indicado que, según consta en el atestado policial, las cámaras de seguridad de un bazar chino ubicado en la calle Santa Cecilia del barrio de Triana grabaron cómo el detenido entraba en dicho local sobre las 18,30 horas del día 16 de julio y, tras escoger entre varias piezas, compraba dos de los cuchillos allí expuestos. Las fuentes han indicado a Europa Press que, desde que entra en local y hasta que sale con los dos cuchillos ya comprados, transcurren dos minutos y 47 segundos. Tras ocurrir el crimen, los agentes de la Policía Nacional lo detuvieron en la misma calle Santa Cecilia y le intervinieron los dos cuchillos, uno de ellos de grandes dimensiones y usado en el crimen del vicario, mientras que se desconoce para qué compró el segundo de los cuchillos y si pretendía utilizarlo para acabar con la vida de su mujer, que vivía cerca del lugar donde fue detenido. La mañana del día del crimen, el imputado abandonó el hospital donde se encontraba ingresado después de que, incluso, hubiera protagonizado un intento de suicidio, y llegó a entrar en contacto con su mujer y sobrina del cura, a la que vio antes y después de que se sometiera a unas pruebas médicas para hablar de su relación sentimental, ya que se encontraban en trámites de divorcio. Reconoce los hechos Durante su declaración ante la Policía, el detenido confesó el crimen y relató que cogió el cuchillo y fue a la calle Francisco Carrión Mejías, donde vivía el sacerdote, para asestarle varias puñaladas, añadiendo que el motivo que le llevó a tomar esta decisión fue que culpaba a la víctima «de los males de su matrimonio, debido a la influencia que ejercía sobre su mujer». No obstante, el imputado negó que se desplazara hasta Triana, donde fue detenido por la Policía, con la intención de matar a su mujer, sino que se desplazó hasta allí para «contarle en persona lo que había hecho», aunque previamente ya le había informado por teléfono de lo ocurrido a través de un mensaje telefónico donde le dijo: «tu tío se está desangrando en el portal, lo he matado». Posteriormente, el detenido compareció ante el juez de guardia, ante el que se acogió a su derecho constitucional a no declarar, tras lo que el juez ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un presunto delito de asesinato. Actualmente, la juez instructora está pendiente de recibir el informe que un médico forense del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla debe realizar para valorar «la imputabilidad, enfermedad o padecimiento psíquico» del imputado.