aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Christopher Gascon

Día Internacional del Migrante: México 2014

Representante de la OIM en México ...





ARTÍCULOS ANTERIORES


17 de diciembre de 2014

Para las miles de personas que se atreven, a pesar de todo, a lanzarse a una aventura riesgosa para lograr su sueño de una vida mejor, huyendo de la violencia o de la pobreza, o buscando reunirse con su familia después de haber sido separados por varios años, una ruta repleta de obstáculos y de peligros los espera.

El primer obstáculo al cual se enfrentan es el cruce de la frontera, un momento siempre angustiante dado que, en la mayoría de los casos, se hace de forma escondida para evitar ser detectados por las autoridades. Este cruce puede llegar a cobrar la vida de las personas. La fugaz alegría que tal vez se siente al lograr este primer paso, se ve rápidamente disipada por una intranquilidad que no dejará de acompañarles al ser de allí en adelante una persona con un estatus migratorio “irregular”, lo que de inmediato se traduce en una vulnerabilidad casi total. El resto del viaje se hará en la oscuridad o la invisibilidad, por tratar de evitar cualquier tipo de persona con “autoridad” y enfrentando los peligros que de igual forma se esconden en los caminos menos transitados.

Allí empieza la ruta migratoria, desde la frontera de Chiapas con Guatemala extendiéndose hacia el este en Tabasco, hasta el norte de México hacia Estados Unidos. Por allí transitan miles de personas cada año; mujeres solteras, hombres, niños, niñas, adolecentes. A veces familias enteras, a veces niños y niñas sin compañía. ¿Cuántos lograrán llegar a su destino? ¿Cuántos más caerán en una trampa y perderán sus pertenencias, dinero o hasta la vida?

En México, se ha reconocido la vulnerabilidad de los migrantes y la necesidad de alumbrar, en alguna forma, su camino. En este sentido, organizaciones de la sociedad civil (OSC) y la Iglesia velan por los desdichados, ofreciéndoles hospedaje y alimento en albergues que se encuentran a lo largo de la ruta. Por parte del gobierno, el Grupo Beta, formado en 22 grupos situados en 9 estados del país, trabaja con la misión de combatir la delincuencia y los crímenes cometidos en contra de los migrantes en su tránsito por territorio mexicano. A estos esfuerzos, se suman organizaciones internacionales como la Organización Internacional para la Migraciones (OIM), el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), así como otras agencias del Sistema de Naciones Unidas, tales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), buscando cómo proteger a los migrantes durante su travesía.

Lo cierto es que estos esfuerzos son más evidentes y accesibles en los estados cercanos a las fronteras del sur, tales como Chiapas, Oaxaca y Tabasco. Más adelante, se ve más escasa la presencia de actores y la ruta de nuevo se oscurece. El camino de algunos migrantes les permitirá acercarse a albergues de la iglesia y de algunas OSC que puedan proveer alguna ayuda. En donde existe presencia, las comisiones de derechos humanos estatales velan por el bienestar de las personas. En numerosos casos, la simple falta de información contribuye a la vulnerabilidad. Los migrantes también son sujetos de derechos a pesar de encontrarse en un país que no es el suyo; por su condición tan insegura y desamparada, cuesta que se atrevan a reclamar que son honrados y a buscar el apoyo que merecen.

Aunado a las personas que transitan por México, se encuentran los mexicanos que son repatriados a su país. Actualmente el flujo migratorio de retorno representa un gran reto para muchos países, especialmente en la necesidad de atención inmediata y en la reducción de las vulnerabilidades a su regreso. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Migración (INM), desde principios de este año se ha repatriado a México a 210, 342 personas desde EU, a través de los módulos de repatriación ubicados en la frontera norte del país. Todas estas personas con perfiles tan variados tienen sus propias historias y expectativas. Han regresado a un lugar que dejaron de conocer: un nuevo comienzo ya en sí oscuro. En la reintegración a sus comunidades se enfrentan a una multitud de desafíos. Trabajemos para fortalecer las iniciativas de los actores antes mencionados para poder mitigar las vulnerabilidades e invisibilidad que enfrentan las personas migrantes en su tránsito o en su retorno a México. Hay que iluminar el trayecto para detectar los nuevos y viejos obstáculos que insisten en permanecer en la vía.

Representante de la OIM en México



Editorial EL UNIVERSAL Mexico ignored


PUBLICIDAD