Los Anti Implante Coclear
abril 30, 2013 por Olivia
http://oliviacastrocranwell.wordpress.com/
Hace cuatro años y medio que escribo en el blog y después de tanto tiempo es difícil no repetirse. Estoy pasando por un vacío existencial y no se me ocurre nada para contar, Con el arte me pasa lo mismo. Por momentos las musas inspiradoras se toman vacaciones y dejan al artista en Pampa y la vía. Yo no creo en la inspiración al estilo divino, que baja, como por arte de magia, hacia tu interior.. Bien lo decía Picasso, el gran genio de pintura del siglo veinte: Qué la inspiración te encuentre trabajando o sino que el arte es noventa por ciento de transpiración y diez de inspiración.
Hay una frase de la filosofía japonesa zen que me quedó grabada. Es muy simple y profunda a la vez: Para llenar un vaso antes se lo debe vaciar. Los japoneses ven la forma a través del vacío, al contrario de nosotros, los occidentales, que lo vemos a través del lleno, pero en definitiva los dos vemos el mismo objeto. La vida es un alimento de ida y vuelta y para ganar primero se debe perder. Esto sucede con todo y el arte no es una excepción. En el vacío se germina el molde de una nueva forma, de una nueva inspiración.
Abrí el blog un mes antes de operarme del oído, para difundir mis cuadros, porque todavía no sabía lo que me estaba por pasar. Iba a escuchar mucho más de lo que esperaba luego de años y años de silencios abrumadores. Olvidé la pintura y me puse a escribir sobre el implante. Lo escribí todo: La activación, las calibraciones, las reeducaciones, aprendizajes y descubrimientos cotidianos. Renací con el implante a una nueva vida sonora que me llenó de alegría y lo quería contar a los cuatro vientos. Todo esto se desarrolló paulatinamente, sin prisa y sin pausa, hasta el día de hoy. No se confundan con mis relatos porque en el mundo de los ciegos el tuerto es rey. No escucho igual que un oyente. Para empezar sólo tengo un implante, o sea que sólo escucho con un oído, el izquierdo para ser más precisa. Cuando conecto el procesador oigo mi voz, mantengo conversaciones, hablo por teléfono y disfruto de la música. Cuando lo apago o se acaba la batería, el silencio invade toda mi realidad. El implante coclear no cura la sordera cómo parecerían creer algunos.
Siempre escribí sobre el implante coclear a través de mi propia experiencia personal y nada más. Mi experiencia fue positiva, entonces mis relatos también lo son. Estos motivaron a otras personas sordas o hipoacúsicas a hacer lo mismo que yo y muchas de ellas están felices con el implante que les devolvió la posibilidad de escuchar artificialmente. Al escribir mis experiencias con el implante coclear tuve que enfrentar prejuicios que ni yo sabía que existían. Hay gente que está contra esta operación a muerte. Son los anti IC. Algunos de ellos han llegado a usar sin mi permiso fotos de mi oreja con el procesador puesto para un sitio anti IC, en el facebook. Pueden clicar aquí para verlo. Escriben atrocidades de los implantados con mi oreja de ejemplo. Ciertos hipoacúsicos con alto coeficiente intelectual ocupan parte de su tiempo para denigrar a los que se atrevieron a usar un implante coclear como solución a su sordera. Nos tildan de evangelicos, fanáticos y devotos a este aparato electrónico que nos engaña y nos hace creer que somos oyentes. Según ellos somos una secta que adora al implante como si de Dios se tratase. En pocas palabras: nos toman por estúpidos. Es sorprendente y aterrador.
Hay una frase de la filosofía japonesa zen que me quedó grabada. Es muy simple y profunda a la vez: Para llenar un vaso antes se lo debe vaciar. Los japoneses ven la forma a través del vacío, al contrario de nosotros, los occidentales, que lo vemos a través del lleno, pero en definitiva los dos vemos el mismo objeto. La vida es un alimento de ida y vuelta y para ganar primero se debe perder. Esto sucede con todo y el arte no es una excepción. En el vacío se germina el molde de una nueva forma, de una nueva inspiración.
Abrí el blog un mes antes de operarme del oído, para difundir mis cuadros, porque todavía no sabía lo que me estaba por pasar. Iba a escuchar mucho más de lo que esperaba luego de años y años de silencios abrumadores. Olvidé la pintura y me puse a escribir sobre el implante. Lo escribí todo: La activación, las calibraciones, las reeducaciones, aprendizajes y descubrimientos cotidianos. Renací con el implante a una nueva vida sonora que me llenó de alegría y lo quería contar a los cuatro vientos. Todo esto se desarrolló paulatinamente, sin prisa y sin pausa, hasta el día de hoy. No se confundan con mis relatos porque en el mundo de los ciegos el tuerto es rey. No escucho igual que un oyente. Para empezar sólo tengo un implante, o sea que sólo escucho con un oído, el izquierdo para ser más precisa. Cuando conecto el procesador oigo mi voz, mantengo conversaciones, hablo por teléfono y disfruto de la música. Cuando lo apago o se acaba la batería, el silencio invade toda mi realidad. El implante coclear no cura la sordera cómo parecerían creer algunos.
Siempre escribí sobre el implante coclear a través de mi propia experiencia personal y nada más. Mi experiencia fue positiva, entonces mis relatos también lo son. Estos motivaron a otras personas sordas o hipoacúsicas a hacer lo mismo que yo y muchas de ellas están felices con el implante que les devolvió la posibilidad de escuchar artificialmente. Al escribir mis experiencias con el implante coclear tuve que enfrentar prejuicios que ni yo sabía que existían. Hay gente que está contra esta operación a muerte. Son los anti IC. Algunos de ellos han llegado a usar sin mi permiso fotos de mi oreja con el procesador puesto para un sitio anti IC, en el facebook. Pueden clicar aquí para verlo. Escriben atrocidades de los implantados con mi oreja de ejemplo. Ciertos hipoacúsicos con alto coeficiente intelectual ocupan parte de su tiempo para denigrar a los que se atrevieron a usar un implante coclear como solución a su sordera. Nos tildan de evangelicos, fanáticos y devotos a este aparato electrónico que nos engaña y nos hace creer que somos oyentes. Según ellos somos una secta que adora al implante como si de Dios se tratase. En pocas palabras: nos toman por estúpidos. Es sorprendente y aterrador.
2 comentarios:
Excelente post. Realmente mucha gente tiene miedo, prejuicios, fanatismo, chismeríos, etc que impiden ver y comprender tu experiencia personal. Aquellos que tienen posibilidad de IC niegan hacerlo bajo pretextos o excusas. Respecto a los miedos...es importante trabajar en ello, todo el mundo lo tiene pero NUNCA dejemos que el miedo nos apodere y nos arruine todo, nunca permitamos que el miedo nos quite la oportunidad de escuchar. Destaco mucho el reconocimiento de lo que hizo tu madre, comprendiste que ella lo hizo para que vos tengas lo mejor, simplemente te amaba y te dio lo que necesitabas en ese momento, y por eso es bueno AGRADECER por ello, sentirse agradecida. Por ultimo, aún sabiendo o asumiendo los riesgos de la operación sólo hay que creer que todo es posible..que todo saldrá bien.."lo que se pide te será dado". ¿puedo compartir esta experiencia en Facebook?
Gracias Pablo por tu "comentario".
Claro que puedes "compartir", además te copio el link de Olivia Castro Cranwell, autora del artículo:
http://oliviacastrocranwell.wordpress.com/
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