Portada :: EE.UU. Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 01-11-2011 Protestas sociales y elecciones en el 2012 Luis Ren Fernndez Tabo Rebelin El estallido de la crisis econmica y financiera en los Estados Unidos a finales del 2007 y su secuela de alto desempleo, pobreza, desigualdades e injusticias sociales, est inexorablemente ligada a los movimientos de protestas sociales en ese pas, al funcionamiento de su sistema poltico y ambos: crisis y manifestaciones sociales, tendrn indudable repercusin en las prximas elecciones del 2012. La crtica situacin socioeconmica de la mayora del pueblo norteamericano y las expectativas de que tendrn que pagar una parte considerable del ajuste y correccin de los desequilibrios propiciados por la especulacin financiera, la corrupcin y la codicia de los capitales de Wall Street, condiciona las ms profundas causas del descontento ciudadano. El movimiento denominado Ocupa Wall Street (OWS), iniciado el 17 de septiembre de este ao, dada su visibilidad e impacto, ha rebasado las perspectivas iniciales y en la actual encrucijada, agrega mayor complejidad a la tarea de pronosticar el curso futuro de esa sociedad. Debido a la extensin del movimiento a otras ciudades y el respaldo de diversos sectores y personalidades, debe descartarse ya la idea de su disolvencia sin mayores consecuencias. Surgen preguntas sobre el alcance, profundidad y articulacin de esas manifestaciones en la compleja y contradictoria coyuntura estadounidense. Sin duda es muy pronto para hacer pronsticos sobre el impacto que puedan tener las protestas sobre las prximas elecciones y el curso de la economa y la poltica norteamericana, pero ya se aprecian algunas evidencias de su trascendencia. Es cierto que las repercusiones del movimiento dependen de su articulacin en acciones y mensajes polticos. Para algunos analistas se trata de un proceso todava embrionario, o quizs muy joven, pero en cualquier caso su efecto en un sentido u otro en el proceso poltico-electoral en marcha est asegurado. A primera vista pareca simple descontento de sectores sociales desplazados e indignados, de algn modo traicionados y decepcionados con la codicia de Wall Street. Pero en una segunda mirada es evidente que tambin las protestas tienen una connotacin poltica y no solamente econmica o reivindicativa, por la incapacidad del sistema democrtico norteamericano de responder a los intereses del pueblo, de las capas medias y el sueo americano establecido en el imaginario de ese pas. En tal sentido est en juego la insatisfaccin bastante generalizada ante la promesa de cambio que catapult a Obama a la presidencia en los momentos ms graves de la crisis econmica en el ao 2008, la Gran recesin del siglo XXI, despus del perodo oscuro de ocho aos en la presidencia de George W. Bush, que dej como legado, adems de la crisis econmica, no menos de dos guerras empantanadas en Afganistn e Iraq y la prdida generalizada de la imagen internacional de los Estados Unidos. El presidente en ejercicio, aunque tiene un dbil respaldo en las encuestas de opinin en la actualidad, sostenido peligrosamente por debajo del 50%, tiene ventajas hasta ahora por su mayor capacidad de movilizar recursos financieros, por su habilidad como gran comunicador y por no tener que gastar demasiadas energas financieras ni polticas en el proceso de las primarias. Pero adems de estar en medio de una dificilsima coyuntura, se enfrenta a la divisin y obstruccionismo del gobierno, sobre todo de la Cmara de Representantes con predominio republicano y su propia incapacidad de quedar bien con el gran capital financiero, con los bancos, y al mismo tiempo con los ciudadanos simples y corrientes ms pobres y desposedos; si bien su respaldo a los poseedores de las mayores fortunas de ese pas ha sido un componente fundamental de su poltica y las acciones a favor de los sectores ms pobres han sido limitadas, e incluso en algunos casos han perdido, o estn en proceso de perder, mayores ventajas en la cruenta lucha poltica por la aprobacin de las medidas concretas. Los aportes monetarios en el sistema poltico estadounidense son cruciales para sus lderes polticos, provienen mayoritariamente de ese gran capital, constituyen el eje bsico en la conformacin de la poltica y por ello responden en esencia a los intereses del capital monopolista financiero, en otras palabras, a Wall Street. De ah que la poltica econmica de Obama y la poltica en general, tengan siempre un sesgo favorable a estas fuerzas y en situaciones como estas sean sumamente contradictorias. Necesita mucho las contribuciones financieras de los millonarios, de ese 1%, que constituye el ms poderoso componente dentro de las clase dominantes en los Estados Unidos, --por el papel decisivo que tiene el dinero en la poltica en ese pas--, y a la vez trata de ser atractiva y por lo menos aceptable, para los ms desposedos, ese 99% segn el mensaje de OWS, sin duda defraudados ante los resultados. Los republicanos tienen tambin grandes obstculos para derrotar a Obama, su propsito supremo, no solamente por el agotamiento del patrn de acumulacin impulsado por la contrarrevolucin conservadora de los aos 80, sino por razn de las contradicciones y divisiones dentro de sus fuerzas en una sociedad profundamente desmembrada y con muy limitadas alternativas dentro del sistema. En teora sera aconsejable aplicar polticas de gasto pblico, crear empleos mediante inversiones en infraestructura, programas educacionales y mayor cobertura de salud, pero la deuda y dficit hacen eso casi imposible, a lo que se suma el rechazo a tales polticas por el grueso de los conservadores estadounidenses. Se requerira aumentar impuestos, sobre todo a las grandes fortunas y reducir los gastos, medidas recesivas en medio de gran debilidad econmica que podra catalizar una nueva crisis econmica. Alcanzar un balance en el diseo de poltica en este contexto resulta sumamente difcil, ms an con todas las divisiones y fragmentaciones existentes, tanto dentro de la clase dominante, al interior de los dos partidos principales que la representan y en el resto de la sociedad. Estn muy lejos los aos de plenitud de la economa de los Estados Unidos despus de la Segunda Guerra Mundial, de grandes supervit comerciales, de enormes reservas monetarias representadas en barras de oro, en los tiempos que el dlar estadounidense era tan bueno como el oro, de balances positivos respecto al resto del mundo, de poderosa industria exportadora, amplias posibilidades de empleo y ascenso en los niveles de ingreso y consumo de los hogares; en resumen, el ensanchamiento del tamao y bienestar de las capas medias, la reduccin de la pobreza y la realizacin del sueo americano, aunque fuera a costa de la pobreza y explotacin de buena parte del resto del mundo, no parece estar ahora a la orden del da. La actual economa norteamericana es incapaz de soportar la carga econmica de una poltica tipo New Deal, ante las astronmicas deudas y dficit pblico y privado, que se requiere equilibrar, a menos que el gran capital, las grandes corporaciones transnacionales, acepten una importante reduccin de sus ingresos, del rendimiento de sus ganancias y una modificacin del patrn de acumulacin del capital en una economa de libre movimiento de capitales a escala global, como se estableci y se ha mantenido hasta ahora con muy pocas modificaciones sustanciales. La redistribucin de los gastos, y entre estos disminuir las asignaciones al presupuesto de defensa, podra contribuir, pero tambin es un asunto muy sensible si finalmente la Comisin bipartidista creada al calor de la Ley de Control del Presupuestario no logra acuerdo antes de llegar a las fechas lmites establecidas para los recortes obligatorios, tanto en programas de tipo social, como en gastos militares. Por ello, para elegir un candidato en los mrgenes del sistema ante tales desequilibrios econmicos y fragmentacin poltica e ideolgica, se requiere mucho ms que magia y manipulacin informativa. El fenmeno se agudiza por la presencia del Tea Party, y su posicin extrema derecha, casi fundamentalista, opuesta a la intromisin del gobierno con tintes libertarios, sumado a la presencia de diferentes corrientes religiosas como fuentes del conservadurismo y otros sectores conservadores tradicionales, ms pragmticos y realistas. Cada uno tiene visiones y propuestas un tanto distintas. Se trata de fuerzas muy difciles de acomodar en la perspectiva electoral. Adems, ese hipottico candidato debe captar al menos una parte del resto de los electores para decidir la campaa poltica a su favor. En realidad resulta sumamente complejo elegir un aspirante a futuro presidente de los Estados Unidos que satisfaga medianamente tan dismiles intereses y posiciones ideolgicas, en un momento histrico caracterizado por el quiebre del paradigma conservador de la desregulacin monoplica y retraimiento del gobierno de la economa, y a la vez las limitadas condiciones materiales, polticas e ideolgicas para sostener una opcin alternativa liberal y de influencia keynesiana como exista en la dcada de 1950. Los Estados Unidos se encuentran en un momento histrico muy distinto, caracterizado por la declinacin de su hegemona y el debilitamiento relativo de sus baluartes econmicos, an siendo todava la nica gran super potencia global. En medio de toda la turbulencia econmica y poltica interna y externa, las manifestaciones de protesta frente a Wall Street fueron inicialmente silenciadas o minimizadas por los medios de informacin dominantes, seguramente porque el foco de sus ataques ha sido centrado en el principal centro de la economa de los Estados Unidos, en los poseedores del gran capital financiero, en sus mayores especuladores con resultados exitosos durante los aos de la dcada de 1990 y hasta las dos crisis financieras y recesiones ms recientes. Wall Street es smbolo de la grandeza y podero de los monopolios transnacionales, sin duda la fuerza principal en las decisiones polticas de ese pas, donde el dinero manda y su abrumadora mayora est concentrada en esas pocas manos. Las mismas que controlan y dominan a los monopolios de la informacin supuestamente imparciales y profesionales y difunden ms del 80% de toda la noticia y anlisis difundido a escala mundial. Ese 1% poseedor de los grandes capitales norteamericanos, centrados en los ltimos aos en frentica especulacin financiera, fueron los principales causantes del estallido de la ms reciente crisis financiera en el 2007 y su antecesor directo en el ao 2000, cuando el estallido de la burbuja especulativa asociada a las llamadas empresas.com. Con el transcurso del tiempo, el movimiento de protestas originado en torno al smbolo de Wall Street ha comenzado a recibir apoyo de algunos sectores, no solamente de organizaciones tradicionales, capas medias gravemente afectadas por la crisis, estudiantes, desempleados, pequeos y medianos propietarios, e incluso algn millonario ilustrado y pragmtico, como Warren Buffet, tan llevado y trado. Naturalmente, la abrumadora mayora del sector de las grandes finanzas se siente mejor representado por aquellos que rechazan la intromisin del gobierno, favorecen los bajos impuestos a las mayores fortunas y dejan actuar al mercado, porque eso les permite incrementar sus ganancias. Por ello, es comprensible que el rechazo a las polticas de apoyo a los sectores de menores recursos venga precisamente de aquellos que se preocupan por la mayor radicalidad que puedan tomar estas manifestaciones y consideran con razn que sus beneficios seran afectados. Ello no niega que en determinada medida, con cierto pragmatismo, algunos grupos de la clase dominante estn dispuestos a tomar en cuenta propuestas de ajustes y estas sean incorporadas a una delicada mezcla resultante de polticas econmicas, con ciertos ingredientes para paliar la situacin de los sectores ms afectados, empleando polticas de inspiracin keynesiana. El movimiento de Ocupa Wall Street tiene un sesgo que podra ser utilizado por Obama, al insistir que ha tratado de tomar medidas en beneficio de ese 1%, ha buscado crear empleos, ha pretendido regular la bolsa, pero no lo ha conseguido de manera suficiente, porque las fuerzas que se le oponen a tales polticas en el Congreso no lo han permitido. Esta estrategia de campaa ha sido ya objeto de crticas en tanto la propia administracin demcrata justific el apoyo a las grandes finanzas aprobando multimillonarias sumas para los banqueros monopolistas y especuladores, y ha transado el tema de los impuestos a los sectores de mayores ingresos para lograr consenso dentro de la clase dominante, siendo su poltica en la prctica ambivalente y contradictoria. Pero tambin el Partido Republicano ha presentado sus propuestas para enfrentar el desempleo, e incluso un candidato de cierta influencia liberal en el pasado como el ex Gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, tratara de captar algo de esas fuerzas con propuestas ms o menos reales y efectivas, con empleo de los medios de comunicacin instantneos como YouTube y Twitter, siguiendo la experiencia del propio Obama en el 2008, para reaccionar rpidamente ante mensajes o transmisiones televisivas de la oposicin. Asimismo los republicanos en el Congreso han tratado de presentar iniciativas para aliviar el desempleo, contentivas de su particular inclinacin poltica e ideolgica conservadora. Al tratar de dilucidar las causas de las protestas desfasadas del peor momento de la crisis econmica, podra parecer un efecto de cierto contagio de los movimientos de protestas que se han desarrollado en otros pases, como los indignados en Espaa, u otras protestas en pases de Europa, frica y el Medio Oriente. Tal contagio sera provocado por los avances en las comunicaciones, la televisin satelital, las redes sociales, Internet y los medios alternativos? Pudiera pensarse que el ya reconocido movimiento de OWS se ha debido a las experiencias aprendidas rpidamente de otras latitudes. No se puede negar la importancia de estos medios en el debate poltico actual, le otorga determinados rasgos, pero tampoco lo explica todo. En otros momentos histricos, a finales de los aos de la dcada de 1960 y los aos 70 tuvieron lugar protestas de distinto alcance y profundidad en pases y situaciones aparentemente tan distintas como Francia, Mxico y los propios Estados Unidos. Qu denominador comn existe? En ambos momentos histricos el desarrollo del sistema de economa mundial, hegemonizado por el capitalismo haba llegado a una situacin de agotamiento del patrn de acumulacin precedente. Tal condicin se ha expresado en agudas contradicciones socioeconmicas, recesin, crisis financiera y todo ello ha conducido a un empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores ms oprimidos y explotados econmicamente. La pobreza, las injusticias y las desigualdades sociales se han manifestado con mayor virulencia y su repercusin en los jvenes ha impulsado protestas contra esa situacin. En cada pas ha tenido y tendr una expresin particular, pero el hilo conductor es la problemtica econmica y en este caso la crisis estructural del patrn de acumulacin capitalista global instaurado desde finales de los aos 70 del pasado siglo. Estos momentos de fractura del sistema capitalista han sido acompaados por guerras imperialistas para redistribuir las riquezas a favor de los monopolios, como las actuales en Irak, Afganistn y la ms reciente en Libia, supuestamente impulsadas por pretextos de democracia y libertad, para ocultar el renovado inters por el mejor y ms barato acceso a los recursos energticos no renovables y en rpido proceso de agotamiento. No cabe duda que las protestas representan un paso importante en las luchas internas contra las manifestaciones ms brutales del imperialismo norteamericano, en el centro del corazn econmico y la especulacin financiera global. Pero para avanzar, adems de su mayor extensin y masividad, tambin debe definir objetivos y poseer un programa claro de lucha para alcanzar resultados concretos. Ello definira a la larga el carcter de ese movimiento social, todava un tanto difuso, si pretende la reforma o el cambio. Con frecuencia estos movimientos, en ausencia de un liderazgo y programa, quedan como un referente de procesos sociales inconclusos, o con resultados indirectos, dilatados y mediatizados mediante distintas vas hasta la cooptacin. En el caso de OWS, desde su denominacin y el enunciado de algunas de sus consignas primarias, significa la oposicin representativa de la mayora de la sociedad norteamericana contra la actual fase parasitaria y especulativa del sistema financiero global, representada en el 1% de lo que en otro momento se ha llamado las altas finanzas, los especuladores financieros, divorciados de las economa real de los salarios, de los trabajadores productivos y de servicios, de los que esencialmente viven de su trabajo laborioso y no del juego en el casino de los mercados mundiales de capitales. Lo novedoso en esta oportunidad es lo rpido que un patrn de acumulacin capitalista, introducido en los Estados Unidos desde finales de los aos 70 y los aos 80 como parte del ascenso de la contrarrevolucin conservadora se ha quebrado en un lapso de apenas tres dcadas. La etapa del capitalismo monopolista transnacional y globalizado, dominada por las desregulaciones financieras y el dejar actuar a la magia del mercado controlado por monopolios transnacionales, est demostrando ser insostenible en la primera dcada del siglo XXI; y su ajuste y rectificacin, an dentro de los marcos del sistema, parece tener un espacio muy limitado, porque para ello las poderosas fuerzas econmicas y polticas que rigen los destinos de ese pas, su capital financiero especulativo global, debe aceptar reglas y medidas contrarias a la obtencin de grandes ganancias en el corto plazo. En el trasfondo de la disputa por la presidencia de los Estados Unidos a finales del 2012 estarn estos y otros desafos en medio de la actual encrucijada por la que atraviesa su sistema poltico y econmico. La historia dir la ltima palabra. Rebelin ha publicado este artculo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes. Envía esta noticia Compartir esta noticia: delicious digg meneame twitter