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Miércoles 15 de Diciembre, 2010

Drogas, violencia y comercio en la frontera norte de América Latina

REPORTAJE

Fuente: Andrea Sosa Cabrios (dpa)  | 11/10/2010

CIUDAD DE MÉXICO (dpa) - Entre México y Estados Unidos hay una frontera de 3.152 kilómetros, con garitas formales, túneles clandestinos y brechas informales.

Todos los días circulan por ahí más de un millón de personas de manera legítima, como también droga, armas, inmigrantes ilegales y dinero producto de negocios ilícitos.

México y Estados Unidos comparten una de las zonas fronterizas más difíciles del mundo.

Esa franja de desierto, río, poblaciones fantasma y ciudades pujantes es no sólo la frontera entre dos países, sino también el límite entre las naciones del norte y América Latina.

A la propia naturaleza de la vecindad y un volumen diario de comercio cercano a los 1.000 millones de dólares, se suman los desafíos de inseguridad derivados de la guerra que libran los cárteles del crimen organizado entre sí y con las autoridades.

Localidades como Ciudad Juárez, Matamoros y Nuevo Laredo, así como Tijuana, aunque ahora en menor medida, han sido escenario de sangrientas acciones de los cárteles para controlar territorios hacia la mina de oro que es Estados Unidos para sus negocios.

"La relación entre México y Estados Unidos ha sido siempre una relación que algunos llaman asimétrica y que yo llamo desigual", dijo a dpa José Luis Orozco, académico de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM) y estudioso de la relación bilateral. "Es quizás una de las más complejas que hay en el mundo".

En la región limítrofe la violencia se ha desplazado también hacia el sur, hacia Monterrey, la capital empresarial de México. En cambio, las ciudades vecinas, del lado estadounidense, figuran entre las más seguras de ese país.

Mientras que en Ciudad Juárez, la más violenta de México, hubo más de 2.000 asesinatos este año, en su vecina El Paso se produjeron dos asesinatos, ninguno relacionado con el tráfico de drogas, dijo en agosto el embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual.

"Entonces, ¿podemos decir que la violencia causada por las drogas se está desbordando? Sí, pero no de la manera que se piensa estereotípicamente, entre ciudades a ambos lados de la frontera, sino desde las áreas fronterizas de México a centros urbanos en ambos países. Este tipo de 'derrame' destruye vidas y comunidades en nuestros dos países", agregó Pascal.

Autoridades estadounidenses estiman que el 90 por ciento de la cocaína que ingresa a su país, el mayor mercado consumidor del mundo, lo hace a través de esta frontera.

"El mercado de la cocaína de América del Norte se está reduciendo, debido a una menor demanda y una mayor aplicación de la ley. Esto ha dado lugar a una pugna por su dominio entre mafias de traficantes, en particular en México, y a nuevas rutas de drogas", dice un informe sobre la globalización del delito la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUCDD).

La mayoría de las armas que adquieren los grupos criminales mexicanos son de origen estadounidense. En la frontera, del lado estadounidense, hay unos 6.700 negocios de venta de armas, el 12 por ciento del total existente en Estados Unidos. Y no es difícil hacer cruzar las armas al lado mexicano.

Las autoridades señalan que los traficantes las introducen en pequeñas cantidades escondidas entre los cientos de miles de vehículos privados que cruzan por los puntos legales todos los días.

El tránsito vehicular binacional es de unos 88 millones de coches al año, según la ONUCDD. Un único traficante puede meter más de 500 armas anualmente en pequeñas cantidades -unas dos armas por viaje- sin despertar sospechas.

También cruzan por la frontera cientos de miles de migrantes al año con ayuda de traficantes, que han agregado un componente de secuestros, extorsiones y muerte a la travesía de los indocumentados.

La muestra más grave fue este año una matanza de 72 centroamericanos y sudamericanos ocurrida finales de agosto en Tamaulipas, un estado fronterizo.

Desde finales de 2006, el presidente Felipe Calderón lanzó una gran ofensiva contra el crimen organizado en todas sus vertientes, y se dispararon las muertes violentas, con más de 28.000 en todo el país.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó este año el despliegue de 1.200 soldados de la Guardia Nacional a la frontera. La mayor parte, 524, fueron destinados a Arizona, el estado artífice de la polémica Ley SB 1070 contra la inmigración ilegal.

Aunque la seguridad está en el centro de las agenda bilateral, la relación entre México y Estados Unidos es mucho más amplia.

Desde 1994 ambos países, junto con Canadá, son socios en el marco del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). México es actualmente el tercer socio comercial de Estados Unidos y Estados Unidos el primer socio comercial de México.

La balanza comercial bilateral en 2009, un año marcado por la contracción causada por la crisis, fue de unos 297.000 millones de dólares, según cifras de la Secretaría de Economía de México. Y de los 7,1 millones turistas que llegaron a México en los primeros ocho meses de 2010, seis de cada diez fueron estadounidenses.

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saluda al presidente mexicano, Felipe Calderón, en la Casa Blanca el 19 de mayo de 2010. Crédito: Hand Out/Ariel Gutierrez/dpa

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