La frontera del amor, los celos

04-ago-2010 Santiago Soriano

Los celos en la pareja. - blogs.elcomerciodigital.com
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En todas las relaciones de pareja que tienen un sentimiento tal como el amor de por medio, siempre existirán las complicaciones. Los celos, una de ellas.

Contrario a lo que se suele decir por ahí, las relaciones amorosas de pareja son 90% emoción y 10% razón; esto corresponde a la importancia que le otorgamos a los sentimientos una vez establecido un compromiso, llámese noviazgo o matrimonio, al momento de pactarse la unión siendo entonces cuando quedan ligados emocionalmente las personas en cuestión.

Es ahí cuando el uso de la razón comienza a depender en gran medida de lo que nos dictan nuestras corazonadas y al paso del tiempo comienza un descubrimiento mutuo entre la pareja.

Una parte medular de este descubrimiento son las personalidades de cada uno, donde quedan al descubierto ciertas cualidades y defectos que terminan marcando el rumbo que toman los compromisos basados en el amor que hay entre ambos. Uno podría pensar que el tiempo jamás es suficiente para conocer a las personas, sin embargo, en los primeros meses es cuando descubrimos, en gran medida, la personalidad de nuestra pareja.

En base a esto llegamos al punto en el que una persona celosa no puede ocultar dicha condición, ya que es una respuesta natural del ser humano cuando ve o siente (claro, desde el punto de vista subjetivo) amenaza hacia su estabilidad y percibe un peligro, a veces inexistente, que pone en riesgo su felicidad.

Los celos son inevitables cuando hay un vínculo emotivo con otra persona, de eso no hay duda alguna y aquel que diga que no es celoso es un absoluto mentiroso, porque estos no pueden evitarse pues uno entonces tendría que ser algo más allá que un ser humano, incapaz de generar emociones y procesar acciones neuronales propias de nuestro organismo nervioso central, donde tiene lugar el proceso, por llamarle de algún modo, que nos hace sentir los celos.

Los celos como complemento

Aunque parezca increíble los celos juegan un papel importante dentro de la pareja, pues es uno de los medio de comprobación que tenemos hacia un sentimiento dentro de nosotros, porque al sentirlos es porque hay una unión considerable hacia la persona que nos los generan.

Aquí es donde se bifurcan los gustos porque habrá parejas que digan que los celos les sientan por parte de su compañero, pues sienten que es una manera de manifestar cariño, siempre y cuando no afecten al rumbo de la relación; mientras que habrá aquellos que digan que los celos no son para nada buenos.

Y es justamente este debate que se genera el que también muestra la importancia de un sentimiento tal como los celos, que gran parte del tiempo son mal vistos por la sociedad cuando resultan ser, en ocasiones, un arma importante en las relaciones interpersonales.

Pero también está la otra cara de la moneda, y esta es cuando los celos se convierten en un recurso recurrente que deteriore el desarrollo del compromiso de pareja. Y cuando se llega a este punto es entonces cuando se deben de reconsiderar las cosas, cuando los celos se convierten en una frontera del amor, que al cruzarla lo pone en juego.

Los celos como factor destructivo

Como en todo, tenemos la contraparte, que es cuando dejamos que los celos nos dominen; una vez ocurrido esto nos encontramos en alto riesgo, ya que es un sentimiento tan poderoso, capaz de controlarnos por completo, modificando radicalmente nuestro comportamiento dentro de la pareja. Dicho cambio obedece a la generación de ideas erróneas (salvo excepciones donde los celos sí son bien justificados) en la mente, generando historias que nos alteran por completo.

Llegados a este punto ya somos víctimas, por completo, de las trampas que nos suele poner nuestro propio subconsciente, nos volvemos parte del juego que nosotros mismos creamos interiormente mientras que en el exterior todo sigue completamente igual. Aquí ya nos hallamos frente a celos patológicos que, lejos de destruir la relación, son capaces de consumirnos igualmente como personas, volviéndonos individuos obsesivos cuya única razón de existir es comprobar un engaño que no hay.

Somos capaces de retraernos de la sociedad y dejar de desenvolvernos normalmente en nuestra vida diaria; también descuidamos obligaciones propias de nuestras ocupaciones y nos distorsionamos como seres sociales. Una vez alojados aquí, ya no hay vuelta atrás: estamos enfermos de celos y es necesario reconocerlo para poder buscar ayuda. Si en este punto, igualmente, aún contamos con la fortuna de contar todavía con nuestra pareja, su apoyo será básico en un probable proceso de recuperación y reinserción en nuestra vida cotidiana.

Acudir con un psicólogo especializado en parejas puede ser la mejor salida de unos celos que ya nos tienen a su entera disposición; pero siempre el aceptar que se tiene un problema y que recuperar la confianza en sí mismo, así como en la pareja resultarán esenciales en el proceso de recuperación. Proceso que no será sencillo pero que es posible.

Los celos como reacción natural y controlada del ser humano, pueden resultar un plus en la relación, sin embargo dejarse llevar por ellos, es un juego peligroso donde la gran mayoría de las veces podemos salir seriamente perjudicados, y no solo nosotros, sino aquellos que amamos.

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